miércoles, 1 de abril de 2009

Delincuencia juvenil y Psicopatía hoy : O soy yo o sos vos


Delincuencia juvenil y Psicopatía hoy : O soy yo o sos vos!

El presente articulo tiene por objetivo responder a un interrogante social generalizado en la actualidad sobre la conducta de los jovenes delincuentes por lo general marginales que cometen “robos seguidos de muerte” o “asesinato seguido de robo”. La delincuencia juvenil que vemos a diario hoy mas que nunca parece hallarse asociada a lo que en el ambito psicologico-psiquiatrico se conoce muy bien como Psicopatía (tambien desde el Psicoanalisis "Perversión" o "Trastorno antisocial de la personalidad" desde el diagnostico DSM psiquiatríco). y es algo que a mi modo de ver hay que dar a conocer públicamente y objetivar legalmente de una vez por todas, sobre todo para mejorar la justicia y la seguridad sociales en un país en donde no las hay. Vemos chicos en edades biológicas y/o etapas del desarrollo de sus vidas en que se supone que estan creciendo, conociendo el mundo y en que se hallan en pleno desarrollo psiquico y fisico pero que concretamente ya a los 11 o 12 años (casi al comienzo de la adolescencia sino antes) llevan un concepto del vivir límite y de hecho un modo de vida vinculado directamente con dos cuestiones: La supervivencia y la muerte. Para estos chicos en “edades inocentes” la ciudad en que viven parece ser como el lejano Oeste, donde quien es más rápido en desenfundar es el que sobrevive, y matar a otro individuo no cuestiona demasiado su conciencia moral porque su psiquismo siempre encuentra la salida a una culpabilización externa para sus actos. Mucha gente victima de los delitos seguidos de muerte injustificados se pregunta ¿Por qué matan?, ¿con qué necesidad?, ¿no tienen familia?,¿no les importa la vida de un inocente? etc. A esta altura de los hechos que vemos a diario en el país, que nos enteramos o que directamente nos toca vivir de cerca podemos responder como ciudadanos con toda confianza que aquellas preguntas son casi respuestas. Hay muchas caracteristicas clinicas y sociales que se dan en estos jóvenes que no son la de un sujeto “normal” en el sentido medico (Psiquiatría) o en el sentido de la neurosis (Psicoanalisis) y en el sentido social de quien desea vivir en sociedad. De allí quizás la denominación de Trastorno antisocial de la personalidad del DSM psiquiatrico, y estos sujetos no tienen caracteristicas personales que favorezcan el lazo social positivo (que incluyen sentimiento de solidaridad, comprensión, empatía, compasión, amor etc) ya a esa edad tan temprana como lo es el principio de la adolescencia. Por el contrario son sujetos que se piensan “aparte” de la sociedad, a la cual ven y viven en el fondo con un tinte agresivo, confrontativo pero, en su concepción, es ella la agresiva y maldita que está en contra de ellos y contra la cual deben defenderse. Una vez un psicópata adolescente con historia delictiva calificada me dijo: "Está peligrosa la sociedad ¿no?". Es decir un concepto del mundo al revés!. En un informe televisivo de un conocido canal de Bs.As. le preguntaban a un joven de 18 años,preso por homicidio y robo calificado, si volvería a matar luego de salir, justificó diciendo: “Y nó, ahora ya no dá porque está brava la policia, y la proxima ligo un tiro a la cabeza”. Es decir no hay comprensión del porqué de la normal social, lo que tendría que ver con una minima etica ciudadana. Otro sujeto de 17 años quién había asesinado a un policia recientemente en un enfrentramiento , contestó sencillamente: “Y si, si lo tengo que hacer lo hago, o son ellos o somos nosotros”. Más allá de lo que expresen estos jóvenes sujetos, sus actos lo demuestran todo y ante un psicopata fundamentalmente estoy de acuerdo con el Dr Marietan (especialista en psicopatía) que hay que guiarse por sus actos, dada la falta de valor en la palabra que posée y la sutil manipulación que ejercen sobre el otro para conseguir lo que desean al precio que sea. Al contrario de una persona “normal” o neurotica, ellos no dudan en el momento de realizar un acto que en el caso de cualquier persona sana o normal lo llevaría a “pensar dos veces” antes de hacerlo incluso si estaría en posición de victima de robo. Tampoco, a la hora de indagar luego del hecho, se suelen registrar signos de culpabilidad o remordimientos acerca del daño y dolor innecesario que se causó por la muerte de una persona inocente. En su lugar se observa claramente el surgimiento de una contraacusación a otros, a la situación, a la sociedad que no les dá, al que tiene, culpabilización por factores externos, etc mecanismo para diluir entre ellos su responsabilidad de decidir sobre la vida de otro en el instante en que él lo desée. Así este sujeto no asume ninguna responsabilidad e intrapsiquicamente el mecanismo por excelencia que se observa inmediatamente en la respuesta al indagar sobre el hecho es de proyección total de la culpa al exterior. quedando luego de su justificación asombrosamente (porque es asombroso) en posición de victimas. A tal punto de justificarse mediante un involucramiento de muchas personas no directamente relacionadas al asunto e inclusive culpando a la propia victima por merecerlo. Personalmente pienso que esto no puede no estar fuera de la Psicopatía la cual debo decir fria y lamentablemente que “no tiene cura”, en el sentido de que no existe solucion terapeutica permanente, dado que es una estructuracíon de la personalidad que comienza en su temprana infancia y en realidad es un modo de ser, entender y afrontar la vida y no una “locura pasajera” a causa de sólo algun hecho traumatico en particular (como se intenta justificar) en la vida por ejemplo, del un delincuente que asesina a sangre fría, por el cual el sujeto se comporta de determinada manera o comenzaría a cometer determinados actos. Es un tipo de desarrollo vinculado con la crianza y educación que comienza dentro de la familia en la relación con las figuras parentales que el chico se constuye en la infancia (de respeto, de autoridad, de normas, o de doble discurso, abandono, agresión, violación de sus derechos, anarquía, desintegración , etc) que luego va a proyectar sobre el mundo externo al que sale a vivir: el cual "le traerá problemas", es decir, la sociedad (con su etica, moral, exigencias, codigos sociales, leyes culturales y judiciales, etc). En este sentido la familia es basicamente el nucleo de la sociedad. La psicopatía tiene una caracteristica fundamental que ayuda a entender en el mundo psicológico en que viven estos sujetos. El modo imaginario de relacion con el otro (J.Lacan) en el cual no está tenida en cuenta ninguna terceridad que haga de mediación entre la relación conflictiva o no de dos personas, es decir en una confrontación con otro y que los saque de alguna manera de la disputa que implica este tipo de relación dual que es patológica al momento de convivir en sociedad. Cuando salen a la calle esto se proyecta sobre cualquier tipo de figura de autoridad que implique para otros tanto respeto, admiración o modelo de alguna ley (como lo es la policia, un juez, un profesor, un maestro etc y por supuesto la imagen del padre de familia del cual emerge toda la cuestión). Este articulo no está hecho con lenguaje para profesionales sino para gente común que quiere entender el tema y por lo tanto lo expongo muy resumido, llendo sin demasiadas mediaciones teoricas (dado que las hay y con muchos caminos) al origen directo de la cuestión. Daré a conocer en lo que sigue la descripción del cuadro de la psicopatía que figura en el manual DSM-4 desde donde todos los profesionales deben diagnosticar con validez legal a un paciente. La razón por la que expongo esta psicopatología es porque es sencilla para la causa por la que está escrito el articulo, que el ciudadano común se anoticie, piense y tome sus posturas frente al problema que vivimos a diario llamado "la inseguridad".

La característica esencial del Trastorno antisocial de la personalidad es un patrón general de desprecio y violación de los derechos de los demás, que comienza en la infancia o el principio de la adolescencia y continúa en la edad adulta.

Este patrón también ha sido denominado psicopatía, sociopatía o trastorno disocial de la personalidad. Puesto que el engaño y la manipulación son características centrales del trastorno antisocial de la personalidad, puede ser especialmente útil integrar la información obtenida en la evaluación clínica sistemática con la información recogida de fuentes colaterales.

Para que se pueda establecer este diagnóstico el sujeto debe tener al menos 18 años (Criterio B) y tener historia de algunos síntomas de un trastorno disocial antes de los 15 años (Criterio C). El trastorno disocial implica un patrón repetitivo y persistente de comportamiento en el que se violan los derechos básicos de los demás o las principales reglas o normas sociales apropiadas para la edad. Los comportamientos característicos específicos del trastorno disocial forman parte de una de estas cuatro categorías: agresión a la gente o los animales, destrucción de la propiedad, fraudes o hurtos, o violación grave de las normas. Están descritas con más detalle en "Trastorno disocial (Conduct disorder)"

El patrón de comportamiento antisocial persiste hasta la edad adulta. Los sujetos con un trastorno antisocial de la personalidad no logran adaptarse a las normas sociales en lo que respecta al comportamiento legal (Criterio A1). Pueden perpetrar repetidamente actos que son motivo de detención (que puede o no producirse) como la destrucción de una propiedad, hostigar o robar a otros, o dedicarse a actividades ilegales. Las personas con este trastorno desprecian los deseos, derechos o sentimientos de los demás. Frecuentemente, engañan y manipulan con tal de conseguir provecho o placer personales (p. ej., para obtener dinero, sexo o poder) (Criterio A2). Pueden mentir repetidamente, utilizar un alias, estafar a otros o simular una enfermedad. Se puede poner de manifiesto un patrón de impulsividad mediante la incapacidad para planificar el futuro (Criterio A3).

Las decisiones se toman sin pensar, sin prevenir nada y sin tener en cuenta las consecuencias para uno mismo o para los demás, lo que puede ocasionar cambios repentinos de trabajo, de lugar de residencia o de amistades. Los sujetos con un trastorno antisocial de la personalidad tienden a ser irritables y agresivos y pueden tener peleas físicas repetidas o cometer actos de agresión (incluidos los malos tratos al cónyuge o a los niños) (Criterio A4). Los actos agresivos necesarios para defenderse a uno mismo o a otra persona no se consideran indicadores de este ítem. Estos individuos también muestran una despreocupación imprudente por su seguridad o la de los demás (Criterio A5). Esto puede demostrarse en su forma de conducir (repetidos excesos de velocidad, conducir estando intoxicado, accidentes múltiples). Pueden involucrarse en comportamientos sexuales o consumo de sustancias que tengan un alto riesgo de producir consecuencias perjudiciales. Pueden descuidar o abandonar el cuidado de un niño de forma que puede poner a ese niño en peligro.

Los sujetos con trastorno antisocial de la personalidad también tienden a ser continua y extremadamente irresponsables (Criterio A6). El comportamiento irresponsable en el trabajo puede indicarse por períodos significativos de desempleo aun teniendo oportunidades de trabajar, o por el abandono de varios trabajos sin tener planes realistas para conseguir otro trabajo. También puede haber un patrón de absentismo no explicado por enfermedad del individuo o de un familiar. La irresponsabilidad económica viene indicada por actos como morosidad en las deudas y falta de mantenimiento de los hijos o de otras personas que dependen de ellos de forma habitual. Los individuos con trastorno antisocial de la personalidad tienen pocos remordimientos por las consecuencias de sus actos (Criterio A7). Pueden ser indiferentes o dar justificaciones superficiales por haber ofendido, maltratado o robado a alguien (p. ej., «la vida es dura», «el que es perdedor es porque lo merece» o «de todas formas le hubiese ocurrido»). Estas personas pueden culpar a las víctimas por ser tontos, débiles o por merecer su mala suerte, pueden minimizar las consecuencias desagradables de sus actos o, simplemente, mostrar una completa indiferencia. En general, no dan ninguna compensación ni resarcen a nadie por su comportamiento. Pueden pensar que todo el mundo se esfuerza por «servir al número uno» y que uno no debe detenerse ante nada para evitar que le intimiden.

El comportamiento antisocial no debe aparecer exclusivamente en el transcurso de una esquizofrenia o de un episodio maníaco (Criterio D).

Síntomas y trastornos asociados

Los sujetos con trastorno antisocial de la personalidad frecuentemente carecen de empatía y tienden a ser insensibles, cínicos y a menospreciar los sentimientos, derechos y penalidades de los demás. Pueden tener un concepto de sí mismos engreído y arrogante (pensar que el trabajo normal no está a su altura, o no tener una preocupación realista por sus problemas actuales o futuros) y pueden ser excesivamente tercos, autosuficientes o fanfarrones. Pueden mostrar labia y encanto superficial y ser muy volubles y de verbo fácil (p. ej., utilizan términos técnicos o una jerga que puede impresionar a alguien que no esté familiarizado con el tema). La falta de empatía, el engreimiento y el encanto superficial son características que normalmente han sido incluidas en las concepciones tradicionales de la psicopatía y pueden ser especialmente distintivos del trastorno antisocial de la personalidad en el medio carcelario o forense, en el que los actos delictivos, de delincuencia o agresivos probablemente son inespecíficos.

Estos sujetos también pueden ser irresponsables y explotadores en sus relaciones sexuales. Pueden tener una historia de muchos acompañantes sexuales y no haber tenido nunca una relación monógama duradera. Pueden ser irresponsables como padres, como lo demuestra la malnutrición de un hijo, una enfermedad de un hijo a consecuencia de una falta de higiene mínima, el que la alimentación o el amparo de un hijo dependa de vecinos o familiares, el no procurar que alguna persona cuide del niño pequeño cuando el sujeto está fuera de casa o el derroche reiterado del dinero que se requiere para las necesidades domésticas. Estos individuos pueden ser expulsados del ejército, pueden no ser autosuficientes, empobrecerse e incluso llegar a vivir en la calle o pueden pasar muchos años en prisión. Los sujetos con trastorno antisocial de la personalidad tienen más probabilidades que la población general de morir prematuramente por causas violentas (p. ej., suicidio, accidentes y homicidios).

Estos individuos también pueden experimentar disforia, incluidas quejas de tensión, incapacidad para tolerar el aburrimiento y estado de ánimo depresivo. Pueden presentar de forma asociada trastornos de ansiedad, trastornos depresivos, trastornos relacionados con sustancias, trastorno de somatización, juego patológico y otros trastornos del control de los impulsos. Los sujetos con trastorno antisocial de la personalidad también tienen frecuentemente rasgos de personalidad que cumplen los criterios para otros trastornos de la personalidad, en especial los trastornos límite, histriónico y narcisista. Las probabilidades de desarrollar un trastorno antisocial de la personalidad en la vida adulta aumentan si el sujeto presenta un trastorno temprano disocial (antes de los 10 años) y un trastorno por déficit de atención con hiperactividad asociado. El maltrato o el abandono en la infancia, el comportamiento inestable o variable de los padres o la inconsistencia en la disciplina por parte de los padres aumentan las probabilidades de que un trastorno disocial evolucione hasta un trastorno antisocial de la personalidad.


Rodrigo Reinante






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