En las Artes Marciales hay que aprender a luchar no
sólo contra un oponente, sino contra las tendencias a obstaculizar el propio
camino.
En la vida hay que saber luchar no sólo sin miedo,
sino también sin esperanza.
Porque aquel que ha abandonado sin haber luchado ya
se dá por derrotado.
Cualquier guerrero que crea que no puede, no podrá,
cualquiera que crea que perderá, ya está derrotado.
El espíritu de lucha significa tener una convicción,
y creer que ella puede hacerse realidad.
Saber luchar no es creerse invencible sino aprender a superar las propias debilidades antes que otros tomen ventaja de ellas.
Aquel que mucho se exhibe con todo lo que aprendió
suele delatar su inseguridad, el que posée autoconfianza no suele exponerse.
La autoconfianza justamente surge porque uno siente
que sabe algo que otros ni sospechan.
Pero del mismo modo el más débil adversario puede
saber algo que ni sospechamos.
Así, el verdadero maestro no es quien se crée experto,
sino el que es consciente de lo que no sabe y nunca subestima a ningún
oponente.
Todo Arte persigue la libertad del ser en alguna
faceta, y para lograrla es necesario el Espíritu de lucha, la perseverancia.
Pero quizás el significado último del Espíritu de
lucha sea acaso creer que bajo cualquier adversidad ningún hombre está derrotado a
menos que esté desanimado.
Rodrigo Reinante
Instructor de Kung Fu
Asociación Hong Chuen
Asociación Hong Chuen
Paraná, Entre Ríos.
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